Rita concreta en la cocina del comedor social San José de Carabanchel aquello de que «entre pucheros también anda el Señor», como decía santa Teresa de Ávila. Cada vez que esta mujer se pone a cocinar para los cerca de 500 beneficiarios de la Obra Social Álvaro del Portillo que acuden a las instalaciones, deja todo en manos de Dios. La clave para enfrentarse a los fogones y a esa cantidad de comidas es «mucha paciencia y mucho amor por los demás». Y luego ya «viene todo lo demás; lo haces con tanto cariño y tanto aprecio que todo sale bien». Las lentejas que remueve en una fuente inmensa son un claro ejemplo.
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